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ECO AZA valoriza los co productos de Aceros AZA para complementar el modelo de economía circular

Aceros AZA creó ECO AZA con el objetivo de profundizar su modelo de economía circular y avanzar hacia los cero residuos, considerando, además, el uso que se le da a la escoria de acero a nivel internacional desde hace décadas.

“Es un tema que venimos trabajando hace años, y a principios de 2020 fue una comisión de AZA a Alemania a un benchmark para conocer su modelo, en que la gestión del residuo se cambia desde empresas externas hacia una gestión interna (…) Entonces, se cambió el modelo de negocios y nos hacemos cargo nosotros para poder entregar un material de calidad, con trazabilidad y todo lo que pidan las distintas empresas para poder usarlo”, dice Francisco Esser, gerente de ECO AZA.

Y agrega que “a partir de enero nace ECO AZA propiamente tal, para complementar el modelo de economía circular de Acero AZA, enfocado principalmente en valorizar todos los co-productos de la empresa. Y quiero hablar de co-productos y no de residuos porque es importante, en rigor residuo es todo aquel que se va a disposición final, y en este caso se trata de co-productos porque aún siguen teniendo valor para distintos usos”.

Además de la escoria de acero, ¿qué otros tipos de residuos del proceso se están transformando en co-materiales, y de qué forma se pueden valorizar?

En el caso de la escoria, hablamos de dos tipos. El primero es la escoria negra proveniente del arco eléctrico, que tiene un tamaño más grande y que a nivel internacional se ocupa principalmente como árido para pavimentos y asfaltos en caminos. Reemplaza a los áridos naturales, en un porcentaje que depende del tipo de aplicación pero que habitualmente oscila entre un 20% y un 30%. Hay otro tipo de escoria, que llamamos blanca y viene del horno cuchara, que es un material mucho más fino. Un porcentaje de este material lo volvemos a utilizar dentro del mismo proceso, luego recuperamos los restos metálicos que tiene, y para el resto también hay aplicaciones internacionales como el uso en mejoramientos de suelos ácidos. Adicionalmente, el tercer co-producto de mayor volumen son residuos de polvo que quedan en los filtros, del que también internacionalmente se recuperan algunos metales como el zinc, y luego se venden. No tenemos aún la competencia técnica para hacer eso, pero la idea es empezar a explorar este mundo a partir del próximo año para, en el mediano plazo, ser nosotros los que lo estemos procesando. Hoy se manejan con una empresa externa para su valorización, pero queremos también hacernos cargo de eso.

¿Cómo están trabajando las posibles aplicaciones de estos co-productos?

Por un lado, estamos trabajando desde hace un par de años en una mesa de trabajo que lleva Sofofa para avanzar en temas regulatorios que viabilicen la utilización de estos materiales. Por otro, tenemos convenios con empresas del mundo de la construcción, con quienes estamos realizando distintos pilotos y validando incluso las aplicaciones que he señalado. Hay varios procesos de investigación y desarrollo, y recursos involucrados.

¿Qué aplicaciones concretas están desarrollando?

Como este árido reemplaza al árido natural en el hormigón, para caminos se utiliza principalmente como sub-base, y en algunas aplicaciones con asfalto. Y en construcción, hemos hecho bloques de concreto -como las barreras new jersey- en que se reemplazó en un 100% el árido natural por escoria siderúrgica, y también con bloques tipo lego. Se pueden hacer distintos prefabricados, y hemos hecho gaviones que se pueden poner en laderas de ríos, paredes acústicas rellenas con escoria, etc. El uso que tiene el material es bien versátil, y dependiendo del tipo de aplicación es la granulometría que entregamos. En construcción, como señalaba, se ha demostrado que con un remplazo de entre 20% y 30% de áridos naturales por escoria de acero los resultados tienen las mismas características técnicas.

¿Cómo proyectas el futuro de este modelo de negocios, que es nuevo, que es transformar un residuo en otro producto para venderlo?

Tiene muy buenas perspectivas, porque se trata de un material que cumple con todas las características que se requieren para los usos en que se busca aplicar, y que internacionalmente ya está aplica desde hace muchos años, lo que también entrega tranquilidad. Por otro lado, nosotros estamos también proveyendo un laboratorio interno para garantizar esas características y entregarle trazabilidad a los clientes cuando nosotros comencemos a comercializar este material. Eso es clave, y ojalá las empresas que estén en esto sean también responsables de garantizar estos aspectos.

¿En qué etapa está hoy ECO AZA?

Nosotros definimos dos tipos de pilotos: internos y externos. Los primeros ya están listos, tenemos los análisis, hemos hecho pruebas de testigos, resistencia, durabilidad, y funcionan sin problemas. Ahora estamos probando con otras empresas los pilotos externos, pero también es clave que empecemos a tener pilotos con las comunidades, con los municipios. Sabemos que hay muchos caminos rurales que requieren tratamiento, y estos materiales pueden ayudar bastante a mejorar la calidad de vida en sectores rurales. De hecho, así lo hicieron en otros países como Brasil y Colombia, donde partieron de esa forma. Hay un potencial muy grande que va mucho más allá de lo económico, esto no se trata de lucrar, queremos hacer trabajos en conjunto con las comunidades para poder mejorar muchos de estos lugares.

¿Cómo ves las proyecciones futuras de la utilización de residuos como co-productos?

Esto ya llegó, afortunadamente muchas empresas se están subiendo a este camino. Es la forma como tiene que operar, ser responsables de toda su generación, y creo que AZA marca la pauta en el sentido de que si bien su proceso es circular, no se está quedando atrás y quiere garantizar que no genera residuos, y por eso está invirtiendo en esto. Ojalá esto sea el inicio de poder valorizar varios otros residuos de otras industrias. Tenemos por otro lado la Ley REP, que se está haciendo cargo de un volumen importante de residuos, pero falta todavía mucho camino y en esto la industria es clave, porque va a poder aportar técnicamente y ayudar a que se destraben los aspectos normativos, para que se permita utilizar los residuos en distintas aplicaciones de infraestructura que son muy críticas, como por ejemplo los gaviones. Es un material que sale de un proceso circular, y que además evita la extracción ilegal de áridos desde los ríos, movimiento de tierra, generación de polvo, etc. Sus aplicaciones y ventajas son muy potentes. Si podemos validar el uso de estas aplicaciones nos estamos haciendo cargo de un problema muy importante para toda la sociedad.

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